domingo, 5 de febrero de 2012

Doce.

Hace tiempo que ya dejamos de  mirar hacia arriba para poder ver bien a nuestros papás. Hace ya unos años que no lloramos por caernos en el parque. Ha pasado ya  algún tiempo desde que nos preocupaba tener la Barbie más guapa. Pero el tiempo tiene que pasar...
Antes no teníamos la cabeza hecha un lío a menudo. Antes no nos dedicábamos a creernos mejor que los demás por llevar un jersey más caro. Antes símplemente nos preocupaba encontrar un buen escondite para que no nos encontraran. Nos comíamos el coco para conseguir hacer el puzzle más rápido que nuestro amigo. Pero las cosas cambian, la aguja corre y las personas crecen. Si tuviéramos la misma inocencia que antes, si fuésemos tan alegres, si pudiéramos sonreir igual, todo seria más fácil. Pero lo fácil aburre.
El ser pequeños eternamente es algo inimaginable. Sería bonito. Dedicarte a ver 'High School Musical' mientras lloras porque Troy pasa de Gabriella y no preocuparte de que tú tendrás a un chico en alguna parte del mundo, que te hará lo mismo. Ponerte a jugar al 'Monopoli' sin saber que en unos años tendras una hipoteca, pero de verdad. Sentarte en una sillita para ponerte a hacer lineas sin sentido en un papel, pero sin darte cuenta que dentro de poco tendrás que hacer esas mismas líneas, con sentido, para poder aprobar.
No se trata de lo que somos. Se trata de lo que fuimos, de ahí parte todo. En unos años recordarás todo eso que hacías de pequeña y que no te dejaba parar ni un minuto para respirar. Eran tantas emociones a la vez, tantos sueños aún por desear, inmensas palabras todavía por aprender, que quizá era imposible de saborear todo. Pero al final lo que queda en el recuerdo es lo que fuimos, lo que un día decidimos vivir. Y solo si juegas bien tus cartas conseguirás que eso permanezca en el recuerdo de alguna que otra persona.
No hay que darle importancia a el pasado, simplemente hay que saber lo que haces en el presente para que en el futuro puedas mirar atrás y decir, quizá lo hice bien, o quizás mal, pero lo hice, y lo disfruté como una niña de 3 años.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Once.

Cuando nos damos cuenta, ya es tarde. Intentas arreglarlo, pero es inevitable, no hay solución. Sueñas cosas que jamás imaginarías posibles, y al intentar hacerlas realidad se rompe toda ilusión. No se hacen realudad. Quizá no tienes la suficiente confianza o puede que siquiera sepas lo que haces. No saber el por qué creiste posible cualquier sueño, no tener ni idea de por qué te tocó a tí sufrir por una mala realidad. Desearias dejarlo todo y pasar la vida en tus sueños. Sueños que no son perfectos, pero son sueños y son tuyos. Tienen algo que para tí es mágico pero para nadie más. Sabes que siempre dicen ' los sueños se hacen realidad ' ya no lo creo tan posible. Ver como eso con lo que llevas soñando toda tu vida se desvanece, te hace pedazoas. Pedazos imposibles de recomponer.