viernes, 25 de noviembre de 2016

Mariposas

A mi ya no me miras así. Ya no me sientes así. Ya no me tienes así. A mi me sigues haciendo cosquillitas en la tripa, pero yo a tí no. Por perder la ilusión, o las ganas, o por apostar todo a una sola carta. No pienso decir que he perdido. No he perdido nada. Solo esta madrugada escribiéndote en lugar de soñándote. Quiero pedirte perdón y no sé porqué razón debo ser perdonada. Nunca me prepararon para las despedidas a medias. De esas que sabes que la persona se marcha pero nunca acaba por irse del todo. Esas son las peores. Las que viven dentro. Las despedidas de alguien que sigue contigo, y que sigue cada día. Nunca me prepararon para ello. Para sentirte tan cerca y que después me dejaras caer tan bajo. Soy la primera que defiende las palabras como símbolo de vida. Pero creeme esta vez si te digo que no puedes hacerme permanecer solo con tus palabras. Que necesito más de tí, siempre un poco más. De eso que no sé si tu estarás dispuesto a dar porque quizás nunca lo tuviste, porque quizás nunca te lo di. Y no sé lo que es porque, realmente, nunca me prepararon para ello.

martes, 3 de mayo de 2016

Si me ves guapa ahora...

Si me ves guapa ahora imagínate cuando me veas despeinada, con ojeras y sin ganas de más libros. Imagínate cómo seré cuando sea todo lo que tú no te imaginas que soy. Descalza y sin abrigo. Susurrándote al oído que hace frío pero que no quiero taparme. Imagínate cuando me arranque el poco maquillaje que me tapa las pestañas. O cuando me vista de hombre para sentirme más mujer. No te puedes imaginar lo mucho que querrás tenerme entre tus dedos cuando me haya quitado el vestido de noche y los zapatos de gala. Si me ves guapa ahora, imagina cuando me veas desnuda por dentro. Cuando sepas que mis lágrimas mojan y que si pueden lo harán en tu almohada. Y si me ves guapa ahora, no quiero saber cómo me verás cuando me deshaga de aquello que me nubla la mirada, que me corta las palabras, que me encadena las ideas. No sé si serás capaz de seguir viéndome como me veías antes; si podrás volver a verme más por fuera que por dentro. Cuando no te puedas librar de mis manías ni de mi obsesión por los detalles. Cuando sepas que puedes deshacerte de mis labios pero no de mis ganas de superarme, de escribirte, de tenerte. Entonces es cuando más bonita seré para tí. Porque si ahora me ves guapa, imagínate cuando te escriba esto, o mejor aún, imagínate cómo me verás cuando lo leas. Imagínate lo guapa que seré para tí cuando cierres los ojos al mirarme. Y no te imagino imaginando porque sé que cada día se vuelve real.

domingo, 24 de enero de 2016

Predeciblemente inesperado

Casi te rozo en un susurro de esos que son casi un suspiro. Y casi te miro dormido como si fueras a quedarte así toda la vida. Casi me caigo encima de tus labios y me quedo allí acurrucadita, lejos del miedo, lejos de todo. Y aunque casi nunca escribo de día, porque de noche siempre siento que hay más luz en mi ventana, es mejor no quedarse a medias. No puedo seguir contando porque casi siempre estoy recontando. Y es que eres casi todo lo que me permito y lo que me prohibo a la vez. Eres un tiempo ilimitado que me pone mil barreras y casi que prefiero no tenerlas. Porque casi siempre estás delante de ellas. Por ser lo más frágil de un cuerpo distraido porque casi nunca está seguro de sí mismo. Y es que casi siempre te arropo en mi mente como si el sueño fuera palpable. Y puedo recordarte que casi te caes en el momento en el que te recogí. Y a pesar de ser siempre tú, no has dejado de tener mi yo casi en todo lo que haces. Porque 'casi' significa mucho tiempo, muchas cosas o muchos recuerdos. Porque 'casi' ahora te suena raro, y casi caes en el error de sentirte casi entero. Y es que casi siempre te cierro la puerta porque casi nunca quieres irte antes de tiempo. Y a veces sobra el 'casi' en cada una de mis frases.