domingo, 21 de septiembre de 2014

Sesenta y tres.

Me apetecía escribir y no voy a negarme el gusto de hacerlo. Pero sin nada que decir y todo por contar acabo por perderme en mis palabras y se me agotan los momentos de querer gritar a los cuatro vientos. ¿Nunca has estado lo suficientemnte confuso como para que te parezca lo normal sentirte así? Que tienes mil preguntas, no has respondido a ninguna, y se te plantean otras cien. Y el privilegio de escribir lo tengo. Pero da igual tu suerte si no la empleas en lo que realmente te hace feliz. Y si tu felicidad se basa en el hecho de perderte en tus propias letras, adelante. Eres tú contra el mundo. No estás sola pero no tienes a nadie. Decídete. O caes o te tiran. No pueden hacer nada por tí. Quiérete de una puta vez.