martes, 17 de febrero de 2015

Sesenta y nueve.

Mírame. Que quiero acordarme de tu pupila dilatada. Quiero grabar en mi retina tus malas caras de los lunes. Quiero que nunca se me olvide tu chaqueta azul de los días de lluvia. Y de la roja que llevabas solo porque era miércoles. Y quiero recordarte ingénuo, ambicioso. Mírame una vez más. Porque no quiero perder ni un detalle de tu sonrisa cuando te pones nervioso, tu manía de caminar despacio y tus pecas alrededor de la nariz. Quiero recordarte rivalizando contigo mismo y ganándote siempre. Y te vuelvo a mirar. Esta última vez para asegurarme de que después de una vida, la inconsciencia es la mayor conciencia de todas. Para darme cuenta de que empecé a verte conscientemente y a mirarte inconscientemente.