domingo, 24 de enero de 2016

Predeciblemente inesperado

Casi te rozo en un susurro de esos que son casi un suspiro. Y casi te miro dormido como si fueras a quedarte así toda la vida. Casi me caigo encima de tus labios y me quedo allí acurrucadita, lejos del miedo, lejos de todo. Y aunque casi nunca escribo de día, porque de noche siempre siento que hay más luz en mi ventana, es mejor no quedarse a medias. No puedo seguir contando porque casi siempre estoy recontando. Y es que eres casi todo lo que me permito y lo que me prohibo a la vez. Eres un tiempo ilimitado que me pone mil barreras y casi que prefiero no tenerlas. Porque casi siempre estás delante de ellas. Por ser lo más frágil de un cuerpo distraido porque casi nunca está seguro de sí mismo. Y es que casi siempre te arropo en mi mente como si el sueño fuera palpable. Y puedo recordarte que casi te caes en el momento en el que te recogí. Y a pesar de ser siempre tú, no has dejado de tener mi yo casi en todo lo que haces. Porque 'casi' significa mucho tiempo, muchas cosas o muchos recuerdos. Porque 'casi' ahora te suena raro, y casi caes en el error de sentirte casi entero. Y es que casi siempre te cierro la puerta porque casi nunca quieres irte antes de tiempo. Y a veces sobra el 'casi' en cada una de mis frases.