martes, 14 de octubre de 2014

Sesenta y cuatro.

Buscaremos infinitos imposibles. Encontraremos "para siempres" limitados. Viviremos en las más diminutas verdades. Y moriremos con las más inmensas mentiras. Porque sé que quiero escribirte, y sé que no quiero que leas lo que te escribo. Y que las contradicciones me ahogan. Me vacío porque cuanto más me lleno, más duelo. Exprimo mis últimas lágrimas y soy consciente de que te quiero desde lo más profundo de mi odio. Y qué vueltas da la vida para que yo acabe por pedirte que te quedes, justo antes de suplicarte que te vayas. Que no puedo seguir con esto, pero no puedo echarlo en falta. Y me sostengo en un hilo de ganas de abandonar, que nunca acaban por ser más fuertes que las de continuar. Y me convierto en mi propia guerra.

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