miércoles, 2 de diciembre de 2015

Será porque empieza Diciembre

Donde duele el miedo, grita el sueño y llora el frío. Dame un poco más de tiempo, que no hay prisa, no hay anhelo. Dos versos, un silencio. A tres metros de tu risa, ya pierdo la pista. Hasta que olvides el peso de un paso. Hasta que no quieras querer más mentiras, ni creer más verdades. No hay misterios en blanco, porque tú lo conviertes todo en negro. Ocho gotas de cielo. Temblando como tiemblas bajo cero. Suspirando como suspira el escritor mientras escribe su peor libro. Excelencia en los más mínimos detalles, en las letras, en un acento, en cada sonido. Y es que es verdad que no hay prisa, que contigo es más fácil que despacio pase rápido. O que rápidamente sea siempre lento y claro. Pero no tan claro como el brillo de la luna. Me hacen falta un par de notas. Un poco de silencio. Nada de resentimiento. Reencontrarnos el doble de veces de las que nos encontramos. Perdernos, buscarnos. Hacerlo fácil para que lo difícil deje huella. Todo de una, en una todo. Azul, rojo, pero sobre todo morado. De puntillas porque en bajito me da más tiempo a retenerte para siempre.

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