sábado, 9 de febrero de 2013

Veinticinco.

Es como volver perderse en un laberinto del que ya supiste salir una vez. Estás atrapada, atormentada. Estás completamente hundida. Y es que nos buscamos en los sitios más remotos cuando somos lo más sencillo del mundo. Que si lloro, no es porque me guste, que si río no es porque me apetezca. Como meter palabras sin sentido en un texto; aguja. Todo termina por ser una descolocación de los hechos. Te ves tan reprimida que ni crees que puedes volver a subir la cabeza. Te sientes tan sucia, que hasta podrías vivir en la basura. Y es que quizás no tengas la valentía de tomarte un descanso. O simplemente tu mayor miedo es ser tú misma.

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