sábado, 2 de agosto de 2014

Cincuenta y nueve.

Pero como no podía ser de otra forma, todo pasa el día veintidós. Que no es por decírmelo a mí misma ni nada, pero autoconvencerme de que según el número de veces que escribas que estás bien, varían las veces que realmente estás bien, es algo que ya no me afecta. Y ahora entiendes. Entiendes nada y todo. Entiendes lo suficiente como para darte cuenta de que no merece la pena vivir por los demás. Ni por tí misma. Solamente has de asumir que vives en un mundo donde pase lo que pase, sigues viviendo aunque no estés lo suficientemente viva.

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