sábado, 30 de agosto de 2014

Sesenta y dos.

Como cuando despierto inventas la mejor historia que nunca vivirás. O como cuando sin imaginación imaginas un millón de cosas que nunca verás. O simplemente como cuando el pasado te parece tan lejano que el futuro se te hace cercano. Eres como intentar olvidar el sueño que hiciste realidad. Eres tan difícil como querer recordar cada momento sin que parezca una espina clavada en cada parte de tu cuerpo. Y aún así te adoro como si lo único que importara en este momento fuera vernos a nosotros mismos, juntos, en un futuro no muy lejano pero lo suficiente como para que sea imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario